Un clásico

Muy rico el cocido

A mis amigos les gustó

Todo muy bueno

Sitio con muchos años y un local con mucho sabor pero que vive del pasado. Comida más que decepcionante, mal preparada, con ingredientes de poca calidad y servido de cualquier manera. Servicio deslabazado y poco profesional.

Fuimos a comer el sabado 16 de noviembre unos amigos y yo, la comida muy buena (el cocido es una delicia) y el trato excelente.

El Restaurante Ponzano, ubicado en el número 12 de la emblemática calle que lleva su nombre en el barrio de Chamberí, es un referente en Madrid para los amantes del cocido. Desde hace años deleita a sus clientes con un cocido madrileño excepcional, y sigue haciéndolo con la misma maestría y dedicación. Su preparación no es cualquier cosa: cada plato de cocido incluye más de una decena de cortes de carne de excelente calidad, que se cocinan lentamente durante más de 24 horas para conseguir un sabor concentrado y una textura perfecta, en un caldo sabroso y desgrasado que invita a repetir. Este nivel de detalle se extiende a cada ingrediente. Las hortalizas se cuecen por separado, lo cual permite que conserven su sabor natural y frescura, algo que en muchos cocidos se pierde, pero en el Ponzano destaca. La experiencia no termina ahí. Uno de los elementos distintivos del cocido de Ponzano es el mollete untado con pringá, que aporta una combinación deliciosa de sabores y texturas. Máximo placer. Además, el cocido se acompaña de una ensalada de escarola que añade frescura y equilibrio al conjunto, perfecta para limpiar el paladar entre cucharadas y preparar el bocado para la siguiente tanda. Los garbanzos se sirven con su aderezo de salsa de tomate en una salsera aparte para quien guste de seguir estrictamente la tradición. El servicio en el Restaurante Ponzano merece mención especial: es impecable y cercano, logrando que el comensal se sienta como en casa desde el momento en que cruza la puerta. La atención al detalle y el cariño con que se presenta cada plato revelan el compromiso de Paco y su equipo con mantener la esencia y la tradición de este plato tan madrileño, en un ambiente que combina la autenticidad con la calidez de un restaurante familiar.

Llegamos tarde pero en la web ponía abierto hasta la noche. Nos trajeron pichón en un baño de salsa y un jarrete en el mismo baño de salsa y frío. Habíamos pedido otro pichón y se olvidaron. Entonces pedí unos torrezno que me habían dicho eran buenos. No estaban mal pero templados solo.No sé si era por ser domingo o la hora , aunque había varias mesas como llegamos pero caros los platos y mal. Lo siento pero no volveremos.

Súper recomendable. Cocina de producto de calidad muy bien elaborada al método tradicional con producto de calidad excelente. Todo muy rico, pero el cocido especialmente, de llorar (de alegría).

un lugar muy agradable , un servicio super atento con Jose a la cabeza